martes, 10 de marzo de 2015

Entre Encinas y Peter Green, algo aprendí

Qué tiempos aquéllos en los que iba a la escuela. No existían las preocupaciones, tan sólo la ''molestia'' de tener que hacer los deberes al volver..
Solo que en mi caso estaba más ilusionado por escuchar una guitarra española o algún disco de Led Zeppelin que en escribir una y otra vez palabras repetidas en los cuadernos Rubio.

Ahora, años más tarde, he conocido las obligaciones, las reponsabilidades y mis preocupaciones pasan por pagar la hipoteca, facturas, compras, etc.
Pero hay una cosa que no ha cambiado: la tarea, lo que ahora llamamos ''practicar''. Esa práctica tan necesaria que debemos exigirnos casi con disciplina militar si queremos ser unos músicos medianamente competentes y no debe convertirse en un mero trámite que no nos apetezca.

El secreto del avance en el conocimiento del instrumento (en mi caso la guitarra) está en el estudio diario y constante. Repetir infinidad de veces una nota, una escala, un riff, una progresión de acordes o cualquier cosa que estemos aprendiendo por sencilla que resulte o creamos que lo sea.
Asimilar, interiorizar, aprender un vocabulario mediante un instrumento, ''enseñar'' a las manos a ''memorizar'' y mecanizar ciertas formas, posiciones y movimiento de dedos con la precisión de un cirujano.
Siempre he escuchado decir a los músicos veteranos: ''los dedos tienen memoria''.

Pero eso sólo se consigue a base de mucho tesón, de practicar todos los días sin recurrir a excusas como: hoy he quedao, mañana tengo reunión de compis, comida familiar, o cualquier otra situación a la que le queramos dar más importancia de la que tiene.
No digo que se tenga que renunciar a todo para dedicarse al estudio de ningún instrumento, hay que vivir y hacer las cosas propias de la edad, sea la que sea, pero nadie ha completado el aforo del Madison Square Garden sin antes haber tenido un buen y reconocido camino artístico.

Ya sea porque quieres ser profesional o simplemente necesitas pasar unas horas dedicadas a tí y tocar la guitarra para tí sólo te hace feliz, tienes que dedicarle tiempo. Mucho. Y eso sólo lo vas a conseguir si estás ''enamorado'' de la guitarra, piano o unas maracas. Entonces no será una tarea, ni unos deberes y muchísimo menos un sacrificio, porque lo harás por amor y no te supondrá ningún esfuerzo posponer esa cita en el bar o esa bandeja de palomitas viendo una peli mala por pasar el rato.

Pero, cómo no ''aburrirse'' después de llevar un mes con el metrónomo a 60 B.P.M. tocando la escala mayor de Do en negras, es decir, una nota por golpe?
O cómo no cansarse de la progresión de acordes Sol, Re, La menor de la canción de Dylan ''knocking on the heaven's door''?

En la mayoría de los casos, lo normal es cansarse, no ver el avance o creer que no has nacido para esto y tras unos pocos meses de ''sacrificio'' y dolor de dedos, dejarlo y dedicarse a la P.S. o montar en bici con casco.

Si por el contrario, estás decidido pero sientes que puedes hacer esos ejercicios y tocar esas canciones y sabes que podrías avanzar y tocar las mismas cosas pero de otra manera, quizá más sofisticada, es el momento de observar, deducir y probar.





Como ya me voy sintiendo un poco el abuelo cebolleta y estoy pensando desde hace un tiempo en retirarme de las actuaciones en directo, quizá haría bien en compartiros una serie de experiencias adquiridas durante todos estos años en los que he compartido horas de estudio, de ensayos, viajes y conciertos con todos los músicos que me he ido encontrando y algunas cosas que he podido aprender..


Solemos memorizar cosas, letras, nombres, números de teléfono, matrículas..pues con la guitarra deberíamos poder tocar cualquier nota en cualquier orden, en cualquier lugar del diapasón y en cualquier dirección. Deberíamos saber y poder tocar la escala de Do mayor en dos octavas desde la sexta cuerda a la primera, respetando sus intervalos y despues, de forma aleatoria, haciendo saltos de notas y de cuerdas, omitiendo unas y acentuando otras, respirando (haciendo silencios, que tambien forman parte de la música! no es sólo repetir como un papagallo).

Hay que mover el cuerpo! No sólo se interpreta música con los dedos, el cuerpo tambien tiene cosas que decir. No dejamos el cuerpo en el salón viendo la tele y las manos se marchan solas a la habitación o local de ensayo, es un ''todo'' y ese todo forma parte de tu manera de sentir la música y expresarla.
Al principio es normal tener ''problemas'' con el tempo y eso nos ancla en el suelo y tocamos como estatuas de piedra y transmitimos frialdad y poca pasión, no disfrutamos y terminamos frustrados.
Toca, toca, una y otra vez, hasta que te salga sin pensar, tan natural como respirar y disfruta sin complejos, libérate de prejuicios estúpidos que en la mayoría de los casos vienen de personas reprimidas y encorsetadas. Eres tú y tu guitarra. No has invertido tres meses de estudio en aprenderte el ''satisfaction'' de los Rolling para tocarlo con tus colegas como si estuviérais en un velatorio.

La música puede expresar cualquier sentimiento, desde el más puro hasta el más oscuro, pero el Rock es diversión, rebeldía, no lo interpretes con la seriedad de una pieza de Don Manuel de Falla.

Cada canción que aprendes, te da lecciones sobre composición, forma, estructura, melodía, ideas para solos, para otras canciones..así que si tienes problemas de tiempo (como todos nosotros) y puedes conseguir media hora de aquí o una hora de allí, puedes ir aprendiendo infinidad de canciones, da igual el género, desde la más sencilla hasta la que te resulte todo un reto. Da igual, el nivel te lo pones tú.

La música no es una carrera de F-1 ni una competición a ver quién es más veloz que paganini. Es una liberación de tu espíritu, es oxígeno para tu alma y las prisas aquí son malas consejeras.
No vas a ganar tiempo ni fama adelantando los bip's del metrónomo. Lo harás mal, te equivocarás y tu ejecución y habilidad se verá truncada por tu prisa.
Aquí no hay que tenerla, tocamos fundamentalmente para nosotros mismos, para sentirnos mejor o para soltar ese nudo que nos pellizaca el corazón. Si después de esto, hay alguien que quiere escucharnos o que toquemos con ellos, perfecto. Pero lo principal es que seamos nosotros felices tocando. El resto vendrá solo.
Si es que tiene que venir. Mientras tanto, pensemos en qué fué lo que nos hizo en su día dar el paso y querer aprender. Esto es algo que hay que tener siempre en cuenta, ya que con el paso del tiempo se suele difuminar y no tener claro por qué estamos donde estamos y hacia dónde queremos ir.





Piensa en las notas que estás tocando y cómo se relacionan entre sí y entre los acordes que gravitan alrededor. El oído es muy sabio y a no ser que tengas una oreja enfrente de la otra, él mismo te irá diciendo si esa nota de la escala suena mejor o peor con el acorde o el acompañamiento que esté sonando. Con este juego y despues de un tiempo, comprobarás por tí mism@ tu progreso y serás un guitarrista más melódico, controlarás sin dificultad el tiempo y te hará mejor intérprete.

Consigue un buen ''vibrato''. No todas las notas suenan igual, no deberían. Según vayas consiguiendo acentuar las frases en la parte del compás que deseas y en el momento de alargar en duración la nota que quieres, hazla vibrar, que no deje de sonar repentinamente, lo cual te va a resultar desagradable, porque no es lo que buscabas. Ese vibrato, casi bending, debe ser una caricia, suave, cíclica y constante en fuerza y dirección.
Se me ocurre un buen ejemplo, pero habría que codificarlo, como las pelis del Plus jeje..
El exponente más indicado (para mí) en dar vibrato a una nota no es otro que Mr. Slowhand



Créate objetivos a corto, medio y largo plazo dentro de tus posibilidades, planifica en la medida de tu tiempo libre lo que estarías dispuesto a conseguir y según pase el tiempo, si hay que volver a planificar porque no se ha podido alcanzar, se vuelve a planificar de nuevo teniendo en cuenta los objetivos que se hayan podido conseguir.
No pasa nada por volver a empezar, se trata de calidad, no de cantidad.

La mayoría de guitarristas que he conocido, coinciden casi todos en lo mismo: nos empeñamos en aprender a correr antes de saber ni siquiera ir ''a gatas''.
Cada nota es una belleza por sí misma y tiene algo que decir.

Yo no me canso de escuchar y disfrutar de los guitarristas ''lentos'' como el mismo Clapton, B.B. King o Jeff Beck..

   ''cómo puedes esperar tocar montones de notas muy rápidas cuando no puedes hacer que unas pocas notas lentas suenen bien?''
Gary Moore

   ''estos guitarristas que dan diez notas por segundo, no tienen 'profundidad', sus frases son como balas incapaces de atravesar el papel''
Carlos Santana

Menos es más. Desde Wes Montgomery hasta Nile Rodgers conocen el poder de los acordes de tres notas o triadas. Desarrolla los acordes, gana vocabulario, amplía tus formas de expresión, sácale colores distintos a la canción. Esto te vendrá muy bien cuando toques con otro guitarrista, ya que la mayoría (en el caso de muchos rockeros) van a tocar acordes de fuerza, por quintas y dos guitarristas haciendo lo mismo, suele terminar sonando excesivamente embarullado y lo que queremos es aportar algo diferente a la canción, ''vestirla'' con otros complementos, enriquecerla.

Practica solos en una cuerda, te dará seguridad, conocerás mejor el mástil y aumentará tu precisión y velocidad.
Piensa en los rasgueos ''arriba-abajo'' y date cuenta del uso de la púa si la usas. Si lo que quieres es acompañar con unos rasgueos alguna canción tipo las de Bob Dylan, con una púa blanda, te va a sonar genial, pero si por el contrario lo que buscas son frases blueseras, o lo tuyo es el rock y las interpretaciones ardientes, necesitarás púas más rígidas.
Prueba con las de nylon, tienen un ''timbre'' más opaco y suelen ser rugosas por la zona de contacto con los dedos para que no se nos resbalen.
En cualquier caso, sólo tú podrá saber mejor que nadie lo que quieres tocar y de qué manera, así que lo mejor sería tener un variado surtido de púas de diferente construcción y textura y probar cada una de ellas a ver qué sensación nos da y si nos gusta el sonido que produce.

Creo que por hoy ha sido suficiente ''legado'' el que os comparto. Casi media vida de dedicación a la guitarra resumida en cuatro renglones, nada más y nada menos!
Aunque esto no acaba aquí, pero mejor es ir publicando en varias entregas, no hay que agobiar, pero quiero dejaros con otro exponente de lo que yo llamo tener buen gusto tocando, el tan ansiado ''feeling'', el que todos ansían, pero no todos lo poseen.

Me refiero a Peter Green, cantante, guitarrista, compositor y fundador de la banda Fleetwood Mac, autor de canciones tan relevantes como ''black magic woman'' canción que posteriormente haría como suya Carlos Santana.
Peter Green es inglés y en los 60's fué considerado el B.B. King blanco, tal era su buen gusto a la hora de hacer melodiosos solos de guitarra. Muy influenciado por los discos que le llegaban de los pioneros del Blues del delta del Mississippi, raggtime, cajún y gospel y era más que notable su influencia en los primeros discos de la banda.



No me canso de escucharla y cada vez que lo hago, parece que me dice algo nuevo. El solo de guitarra es un claro ejemplo de sencillez, buen gusto, silencios, vibrato, triadas y todo lo que se le quiera pedir a la guinda de un pastel, como es el solo de guitarra de una canción.

Creo que un ejemplo así es más didáctico que comprarse una enciclopedia(me refiero al video anterior) no soy maestro de nada, ni pretendo serlo, sólo aporto mi granito de arena en forma de experiencias.

No sé si te servirá de algo todo lo que te cuento, pude hacerte pasar un rato de lectura, descubrir canciones y artistas o te puede aclarar algunas cosas que quizá ya sabías o intuías, pero no terminaban de mostrarse con claridad.

En cualquier caso, sólo es mi experiencia vivida, media vida contada en cuatro párrafos, pero sigo manteniendo humildes mis orejas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario