-Buenos días D. Luis me alegro de
poder conocerle personalmente. Dijo el anciano.
Cuando habían entrado en la casa
no podía haber imaginado lo que guardaba entre sus paredes. Toda la casa parecía
sacada de un museo. Los muebles de caoba descansaban sobre mullidas alfombras
tejidas a mano y las arañas de cristal colgaban majestuosas en las habitaciones
por donde pasaba. Todo tenía aspecto de antiguo y caro, muy caro.
El anciano estaba en un despacho
que parecía sacado de la época victoriana. La sala estaba sumida en la semioscuridad.
La falta de luz solamente era aliviada, en parte, por una pequeña lámpara de pie.
Si había ventanas, estaban ocultas bajo pesadas cortinas. Los dos matones se habían
quedado fuera. Tras las puertas de madera maciza.
- Buenos días. Dijo Luis mientras
pensaba en su aspecto y en lo fuera de lugar que se sentía. El anciano pareció
leerle la mente
- No se preocupe por su atuendo.
Hemos sido nosotros los desconsiderados, por traerle de esta forma tan
precipitada. También tenga la amabilidad de excusar las incomodidades del
trayecto en mi automóvil. Como puede observar no tolero bien la luz .Por favor
tome asiento. Me gustaría charlar con usted. La mano nudosa señalo un orejero
junto al suyo.
Luis tomo asiento con la misma sensación
de hacerlo en un restaurante demasiado caro.
-Perdone que no me haya
presentado a adecuadamente. Mi nombre es Set.
.Luis estrechó la mano que parecía
una garra metálica recubierta de piel mustia.
- El motivo de esta reunión no es
el otro que avanzar en nuestras relaciones y por su puesto en el cumplimento de
sus deseos.
- Sí, todo eso me parece muy bien.
Pero ¿por qué nos mintió con lo del niño?Y la llegada de mi hija fue cuando
menos oportuna, parecía que la estuvieran esperando.
- Ah su hija, un ser encantador.
Siento el malentendido. En ningún momento quisimos confundirles, pues como vieron
el niño está realmente acogido, pero en un centro con los recursos que el
necesita. Pero ya ve, la mente nos hace dar por sentado demasiadas cosas.
Ahora Luis no supo replicar. El
anciano le miró con sus ojos tallados en hielo azul, que afloraban sobre bolsas
de piel flácida y blanquecina. Lo que parecía una sonrisa hizo que sus labios violáceos
se separaran y dejaran ver los escasos dientes, algunos despostillados y rotos
que recordaban a estacas blanqueadas por un sol inmisericorde, hincadas en las encías
purpuras, al borde del sangrado. Luís apenas pudo sostenerle la mirada. A esos
ojos, no se les podía ocultar nada. Se sintió desnudo y vulnerable.
- Después a aclarada su duda. ¿Qué
le parece que abordamos la propuesta que tengo para usted?
-Bien, continuó después de que su
interlocutor asintiera con un movimiento de cabeza.
- El sentido de su visita a Set,
que mejor nombre que el de su padrino; ¿no le parece?. La pregunta no espero
respuesta y continúo.
-Sólo era para que pudieran
comprobar nuestro trabajo con estos niños, de primera mano. Estos críos, son
los desheredados de este mundo y no me refiero sólo a niños como Set con
problemas evidentes, si no también a niños completamente normales, que son abandonados
o llegan de forma ilegal e indocumentada a nuestras fronteras. Esto crea
terribles problemas a los gobiernos; que no tienen ni los recursos, ni en
muchos casos la intención de ocuparse adecuadamente de ellos. Nosotros somos su
esperanza. Proporcionamos una solución al Estado y ayudamos a los infantes a
tener un futuro. Y eso es precisamente lo que le proponemos; que sea usted; ese
enlace necesario, que nos traiga a aquellos que más nos necesitan. Los niños.
Como ve, así cumplimos su deseo de tener un empleo y usted junto con nosotros cumplirá
los de otras muchas personas.
- La verdad, no sé qué decir. Luis
no podía creer que esto le estuviera pasando a él. Lo que parecía un viejo
mecenas altruista, se fija en él y le ofrece ser parte de su empresa; asi de
buenas a primeras. Parecía un sueño.
- Claro, claro, pero no tiene que
decir nada todavía .Ahora le daré su contrato para que lo estudie y decida lo más
conveniente, por supuesto.
-Perdone pero antes, me gustaría
hacerle otra pregunta.
- Desde luego las que usted
quiera.
- ¿Por qué contactaron conmigo?,
¿qué pasó aquella noche con la gasolinera y con la radio? Y ¿Quién es usted? Si
me permite el atrevimiento.
- Jajá. La carcajada era húmeda y
profunda casi como el sonido de las piedras al caer en un pozo. Son buenas
preguntas pero las respuestas ya se las di antes; damos demasiadas cosas por sentadas;
la mente es muy poderosa. Respecto a quién soy ....Digamos que me gusta pensar
que soy una especie de "Mago de Oz".
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“. ....Tras la denuncia, de un
empleado del hospital mental "Buen Pastor" las autoridades
competentes iniciaron una investigación en el centro. El denunciante afirmaba
que los enfermos eran sometidos a vejaciones y maltrato.........”
El artículo no aclaraba mucho más,
sólo que se determinó el cierre de la institución y la inhabilitación de su
director el Doctor Carlos Orgaz. Pero para lo que incumbía a Laura era más que suficiente.
El ruido de la puerta al se, la
sobresaltó; estaba absorta en la pantalla del portátil. Era Luís que volvía de
correr. Miró el reloj de su muñeca. Había estado fuera algo más de dos horas
pero parecieron diez minutos.
- Hola? Ya he vuelto.
Había un tono alegre en su voz.
Su marido estaba contento. En otras circunstancias Laura lo recibiría con buen ánimo.
Pero visto lo visto, Luís sólo vendría feliz por un motivo; habían vuelto a
contactar con él y a ella, eso no le hacía ni pizca de gracia. Fuera lo que
fuera tenía la negativa lista para ser lanzada como el dardo de una ballesta.
¿Como podía decir que no?. ¿Con
qué autoridad podía negar el futuro inmediato a su familia?. El contrato que
Luis traía era fantástico. 5000,00€ mensuales, dietas y coche de empresa. Jamás
habían soñado con algo parecido. Había contado a su marido lo que había
descubierto en internet. Pero Luís no le dio demasiada importancia, alegaba que
era una página sensacionalista de ovnis y fantasmas. A saber si no habrían
manipulado la noticia. Así y todo a él lo que le importaba de verdad eran los
5000,00€ al mes. Eso era lo que realmente contaba, no el pasado de un medico,
la gente comete errores. Pero la ética de Laura no la dejaba transigir y una
vez más le dijo a Luis:
- A mí este asunto no me gusta
desde el principio deberías rechazarlo. Ya encontraras otra cosa.
- A mí no, a mí no. Sólo tú eres
lo que importa y ¿lo qué no me gusta a mí?. Pues a mí; no me gusta estar en el
paro y lo que sí me gusta es tener un buen sueldo. Pero claro doña tuve que
dejar mi trabajo, tiene envidia y lo que consigue su marido no le parece bien
cuando en realidad esta fenomenal.
- No sabes lo que dices. Yo dejé
mi trabajo porque preferí atender a nuestra hija y ya puestos a ti. Pero no
puedes comprender, que no me huela bien, que un desconocido te secuestre para
ofrecerte un pastón y que busques niños para qué, por lo visto los trate un
doctor al que retiraron la licencia por maltrato a pacientes. Y que sólo, porque
me preocupo por ti, digo que no aceptes el trabajo, porque creo que quieren
tapar mierda con oro, pero la mierda sigue ahí debajo; oliendo cada vez peor.
Para mí sería más fácil cerrar los ojos y decir enhorabuena adelante. Pero no
puedo, porque te quiero y tengo miedo.
- No me vengas con ésas, de que
me quieres. Siempre piensas mal, con esa mente desconfiada y retorcida que tienes.
Lo que te pasa es que crees que todo el mundo es igual que tú.
Lo voy a coger y me da igual lo
que pienses. Creo que das demasiadas cosas por sentadas...
Continuará…
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