martes, 26 de mayo de 2015

Nymphaea alba. Father speaks.

Magnolia.

Flor de protección, transmuta la energía de los demás y las adapta a nuetro cuerpo.
La magnolia es el resultado místico de la reencarnación y la depuración de almas que han sufrido en otras vidas y alcanzan la pureza en forma de flor, transformando sombras en luz.






Utilizada desde la antiguedad para purificar cuerpos de personas utilizados en rituales de magia negra para potenciar el amor y reorientar las energías desubicadas hacia canales más receptivos a las influencias de los Seres Divinos.

Nymphaea Alba es una espada de luz y verdad que corta los sufrimientos antiguos, para que el individuo sea capaz de experimentar el infinito amor del espíritu.


Magnolia.              

Screamin' Cheetah Wheelies, 1996.



Largo, curioso y particular nombre de esta formación roquera originaria de Nashville, Tenneessee nacida en 1990 y heredera como otras tantas contemporáneas suyas del legado Sureño de Allman Brothers o Lynyrd Skynyrd, pero menos acentuado en estilo y más orientado hacia lo que yo denomino Soul-Rock.
Y no es una etiqueta gratuita (por cierto, odio etiquetar la música, pero cómo no hacerlo en la expresión por escrito para poder explicar ciertas cosas) para orientar, es debido a la particular voz de Mike Farris, cantante, miembro original de la banda y uno de los máximos responsables en la composición de canciones de  este disco.

Él, con su voz negra cargada de puro feeling, donde se aprecia hasta en la respiración que mamó de los discos de Otis Redding y Sam Cooke por citar algunos, le puso el sello característico, distintivo y de mucha clase que hace que una banda suene con alma.

Tal como a mí me gusta, una buena banda con dos guitarras enzarzadas en duelos blueseros, una base rítmica más que solvente y las canciones con vida propia como la mano al guante.
Fraseos de armónica con ese olor y regusto rancio del Mississippi, guitarras muy cuidadas pero derrochando ecos de Duane Allman, Otis Red o Moody Waters y esa voz. Esa voz!!


Cuando escuché este disco por primera vez, ya me hizo percibir que no era un disco del montón, las primeras líneas melódicas del cantante ya me gustaron. Había mucha garganta ahí y mucho buen gusto. Al contrario. Despues de varias escuchas, pude comprobar (y disfrutar al mismo tiempo) de que no había ni una nota en esa voz que sobrara.
Este no es un disco de poner a sonar mientras hablas con los amigos en casa si lo que buscas es rellenar el ambiente.

Este disco es para paladear egoístamente en soledad y a un buen volumen si te gustan las canciones bien hechas, con buenas guitarras y una voz para estudiar e imitar hasta en las notas menos audibles. Me gusta mucho Mike porque sabe utilizar las posibilidades de su garganta, compone lo que va a cantar y utiliza todos los matices que necesita la canción en todo momento. Puede pasar desde el susurro más sofocado hasta el desgarro más angustioso llegado el momento, pero nunca lo hace gratuitamente. Todas sus inflexiones vocales tienen un ''por qué''.


Como curiosidad, cabe destacar la colaboración que aquí hizo con el Slide Warren Haynes, cantante y guitarrista en Allman Brothers y Gov't Mule

Magnolia es el segundo disco de Screamin'.. y para muchos (entre los que me incluyo) su canto de cisne, a pesar de ser todo un discazo, un disco ''redondo'' donde todas las canciones son singles potenciales. No sobra ninguna.

Canto de cisne, porque el primer disco era muy ''booguie-rock'', casi heavy y aquí quisieron evolucionar (lo cual les honra por no querer repetirse en fórmulas comerciales de éxito asegurado) hacia un estilo más ''clásico'' y bluesero dentro del Rock y dejar explotar la vena Soul del cantante, el cual había teñido las letras de las canciones de temáticas de historias cotidianas pasadas por el tamíz de los cantos espirituales (algo que sigue haciendo en la actualidad con su propia banda y en solitario) alejándose de los propios estereotipos rockeros de sexo, droga y rock'n'roll...

Y llegamos a la canción que da título al álbum.
Riffs de guitarra enigmáticos, armónicas inquietantes, un buen estribillo y las líneas melódicas de Mike dejando calidad y buen gusto en cada renglón escrito, duelos de guitarras y calidad interpretativa. Mucha.

Quizá una de las canciones más ''duras'' del disco, por denominarla de alguna manera, pero esa mezcla de guitarras distorsionadas y armónicas con una buena estructura entre estrofa, estribillo, solo y desenlace, dan muestras del cuidado en la producción de este disco.


Otra perla, y van...
Good Time fué una canción que me enganchó a la primera cuando escuché el estribillo y me sorprendí a mí mismo cantando. De nuevo Farris se muestra incontestable en inspiración, cantando con esa sensibilidad que le caracteriza. Guitarras muy cuidadas, tomando protagonismo cuando es necesario, cruzándose en fraseos y en estilos. Una muy a lo Clapton y otra más a lo Moody.


Messenger's Lament es para mí una obra de arte, o cómo hacer una canción con la estrofa en LA menor y el estribillo en LA Mayor.
Esto qué quiere decir? nada, es música, sólo hay que sentirla y disfrutarla, dejarse llevar. Ella sola te va a guiar por ese cuadro de ventanas que se abren y cierran según por donde vaya pasando la canción. Otro estribillo que me vuelve loco después de tantos años y aún lo canto. Cuando estoy solo, claro:)

Y luego está Father Speaks. La desnudez hecha canción, la sinceridad desesperada, salir la vida por la garganta...
El lamento de un alma solitaria hundida en la penuria: ''please, don't never let me down..''


Esta canción me impresionó sobremanera, por la crudeza desgarradora que muestra M. Farris al cantarla. Crisis de fé, alcoholismo, soledad..según va avanzando  la canción, Mike va incidiendo en lo que será su ''obstinato'' vocal, su forma de darlo todo y escupir demonios que reinan tras los escenarios del show bussines.
''...don't never let me down..'' es un canto angustioso, es un llanto de niño asustado y solitario abandonado en la dureza de la noche. Es una canción seria, sin aderezos ni estructuras de cara a la galería y premonitoria del fin de la banda.

Una de las denominadas ''bandas malditas'' por el hecho de no saltar a la fama a las primeras de cambio. Lo tenían todo para triunfar, pero por esas cosas del destino y porque las discográficas estaban deslumbradas por la moda Grunge capitaneada por Nirvana o Pearl Jam, no les prestaron ni la tención ni el apoyo que merecían, pese a contar con el respeto de todo el circuito por el que se movían.




Todo tiene un por qué, las canciones, las letras y en este disco, el título, el nombre que lo representa, Magnolia, tambien.
Un disco redondo en su concepto y en su contenido, sin puntos flojos, sin eslabones débiles. Un disco de los que consiguen superar el paso del tiempo en sonido, producción, estilo, con grandes canciones.
El típico disco que puedes escuchar en cualquier época y lugar y va a resultar muy ''actual''.

Si lo que buscas es un disco con buenas canciones, una buena voz y letras bien seleccionadas, este puede ser el  tuyo. Todo un compendio de lo que suelo llamar Soul-Rock



Mantengo humildes mis orejas.










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