martes, 23 de junio de 2015

DEATH METAL









Más rápido, más alto, más fuerte. No, no me refiero al lema de la Olimpiadas de Múnich de 1972, aludiendo al discurso que pronunciara el barón Pierre de Coubertin en la inauguración de los primeros Juegos Olímpicos de la Edad Moderna, allá por 1896 en Atenas, ¿o tal vez sí? Lo cierto y verdad es que este lema recoge la esencia del tema que voy a tratar y que no es otro que el Death Metal.

Sí, mi queridos lectores; Death Metal es quizás una de las expresiones musicales menos y peor valoradas del mundo, y no sólo me refiero a los ajenos al mundo del metal, sino incluso también dentro de su propia familia metálica. Es por ello que quiero acercarles un poco a la bestia y quizás, viéndola desde otro ángulo, le pierdan el miedo y le den una nueva oportunidad.


El Death Metal nació como cualquier otra manifestación artística; para dar respuesta a la necesidad de expresión de unos sentimientos. Pero esta vez eran unos sentimientos que estaban en las mazmorras del cerebro, de ese cerebro primitivo heredado de nuestros ancestros reptilianos, y qué mejor banda sonora para ellos que el Death, música brutal y extrema donde las haya. Para ello no dudaron de ir más alto, más rápido y con más contundencia que nadie. Aquellos sentimientos necesitaban de un sonido tan bestial y desesperado como nunca se había oído hasta el momento, para poder transmitir su mensaje. Bandas como Venom o Slayer fueron los abuelos que plantaron esas semillas negras que no tardarían en germinar allá por los primeros años 80. Aparecieron entonces y simultáneamente en todo el mundo otras nuevas que empezarían a dar forma a lo que después se llamaría Death Metal. Entre las más destacadas, y por así llamarlas padres del Death, están Possessed y Death (aún con el nombre de Mantas) con sus respectivas demos “Death Metal” y “Death by Metal”. Poco después, a miles de kilómetros, en Brasil, otra banda llamada Sepultura sacaba el primer disco propiamente Death, “Bestial Devastation”. La máquina de picar carne había comenzado a rodar y pronto también saltaría a Europa, donde las bandas proto-Death como Destruction y Sodom también habían abonado el camino de algo que ya era imparable.

 

                                    


             
                             (seguro que sabrán perdonar su baja calidad de audio por su valor documental) 







En un primer vistazo puede parecer un música simple, primigenia, pero si la observamos con cuidado es mucho más que eso. Derivada del Thrash (que a su vez deriva del punk y el heavy metal) el Death se caracteriza por unos tempos abruptos, numerosos cambios de ritmos y sucesiones erráticas de acordes, además del uso de escalas muy exóticas. Uno de sus signos más característicos son las voces, voces guturales conocidas como “growls” o gruñidos que pretenden trasladar al oyente esas sensaciones de angustia, agonía… del cual el Death es heraldo. Normalmente las bandas que practican esta disciplina están formadas por dos guitarras que hacen la función tanto de solista como rítmicas y que se turnan en la ejecución de los solos.

El bajo suele ser el instrumento elegido por el vocalista, aunque no es una norma estricta y a veces el vocalista no toca ningún instrumento pasando el bajo a sustituir a una de las guitarras. El batería es otro miembro destacable en las bandas de Death Metal.

La batería Death se diferencia de la del Rock en que en el estilo extremo no es una guía de la música, si no que levanta un muro sónico detrás de ella con entidad propia. Muchos de ellos tienen formación académica clásica e incluso jazzística pues muy al contrario de lo que parece, la ejecución de estos temas necesitan de un gran dominio de la técnica además una gran fuerza física, pues son muy complejos y potentes.

Las guitarras se afinan siempre muy graves e incluso hay grupos que introducen guitarras con 7 cuerdas con el fin de aumentar esta característica, haciendo ensambles que buscan un clima más opresivo, y las distorsionan mucho usando pedales. Otros en cambio, prefieren dar una claridad máxima a su música para que se pueda apreciar su precisión técnica, casi quirúrgica.

Otro aspecto a destacar son las letras, que en el Death Metal abarcan cualquier aspecto oscuro de la mente humana, desde el terror más básico al pánico más filosófico. Letras plagadas de asesinos, zombis y pesadillas bizarras. El Rock nos trajo un mensaje de rebeldía, el Heavy Metal nos dio la épica y la fuerza para intentar cambiarlo, el Punk nos recordó que no había futuro y el Death simplemente nos aniquila.



Es curioso cómo el Death, a pesar de su nombre, está muy vivo e inquieto, y bebe de múltiples fuentes, mutando, mezclándose con todo lo que toca, como una hidra que evolucionase va adquiriendo nuevas cabezas, que conforman un universo casi infinito de subestilos, que va enriqueciendo aquella música original. Me gusta compararlo con el asesino en serie que va aprendiendo con cada nuevo crimen. Así podemos apreciar desde bandas que buscan la contundencia máxima (BrutalDeathMetal), a grupos que introducen melodías haciendo a la bestia más accesible al gran público (MelodicDeathMetal). Otras se centran en una precisión sádica en sus composiciones con unas composiciones donde prima la técnica (TecnicalDeathMetal).

Podríamos seguir hablando de características musicales, de estructuras, de escalas, de influencias… Pero este no el fin de estas letras. Su único afán, es que ustedes, descubran este maravilloso estilo donde el músico es totalmente libre para abrir su armario y dejar salir todos los monstruos, y donde puede ponerse a prueba llevando tanto su técnica como su creatividad al límite de lo humano.



Escribidor suyo @hothorchata



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