Para conducir necesitas la máxima atención. En décimas de segundo te puedes ir al otro barrio o lo que es peor, enviar a un inocente.
Si vas de compras y la cabeza está en otros pensamientos, lo más probable es que salgas a por pan y vuelvas con unas bragas del mercadillo color carne.
Y por último y no menos importante, si estás en la cocina.
No es lo mismo estar en la cocina que cocinar.
Sobretodo si manejas cuchillos y estás cortando verduras y pensando en esa maldita progresión de acordes que no termina de llevar tu canción al lugar que quieres.
No se vé el alimento que quieres preparar, ni dónde están situados los dedos de la mano tonta.
No, ésa es con la que llevas el cuchillo. La otra.
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Sí, esa. Cuidao con ése detalle.
Porque lo más probable y casi seguro es que te cortes, tengas que ir al hospital y si no hay suerte, despídete de volver a tocar la guitarra. Al menos a nivel serio, profesional.
Adiós a tu carrera artística.
Algo parecido pero con mucha y muy buena suerte es lo que le pasó al guitarrista del que quiero hablar aprovechando que tiene nuevo disco en el mercado y que también lo voy a recomendar por varias razones.
Antes de nada, considero que es justo y necesario ponernos en antecedentes sobre este señor, repasar su currículum y anecdotario y aportar mi humilde granito de arena en pos de su reconocimiento, admiración y respeto.
Siempre el respeto. Ante todo y sobretodo.
Procedente de la misma región y precursor estilístico de la guitarra eléctrica en los 60's colega admirado y respetado de los Clapton, Page, Mayall, Peter Green y demás chamanes artísticos, destaca de sus contemporáneos por el escaso o nulo uso de la púa y el particular y abundante uso de la palanca del trémolo, consiguiendo esos fraseos tan fácilmente reconocibles. No sólo de Blues se alimenta, en sus solos hay mucho ''miau gatuno'', ''gritos y susurros'' que crea al mover la palanca mágica (el uso de esta herramienta no era muy popular entonces, ya que no existían los puentes flotantes y la guitarra se desafinaba con facilidad, hasta que en los 80's se inventó el Floyd Rose) Músicos tan brillantes como Vai o Satriani le deben mucho al guitarrista en cuestión.
A lo largo de toda su carrera ha sido reconocido por la prensa especializada como el más innovador en estilos y atesora nada menos que cinco premios grammy.
Su primer disco lo grabó en 1968 con Rod Stewart y Ronnie Wood. Casi ná.
En 1975 edita ''Blow by Blow'' uno de los mejores discos de rock-fusión, por no decir el más importante de la historia en ese estilo.
A mediados de los 80's sacó al mercado ''Flash'' donde se encontraba el hit-single ''people get ready'' cantada por su amigo Rod Stewart. Casi treinta años después, la joven cantante Joss Stone la volvió a rescatar y compartieron escenario, casi superando la versión original.
En 1987 puso su guitarra en el disco ''Primitive Cool'' de Mick Jagger. Vuelvo a repetir mi frase: los buenos siempre acaban juntándose.
Dos años más tarde, lanza otro pepinazo, el laureado ''Guitar Shop'' donde consiguió otro Grammy al mejor disco de Rock instrumental de todos los tiempos.
Hay que recalcar lo de ''instrumental'' porque si ya de por sí escasean los premios a artistas roqueros en solitario, para un disco instrumental conseguir un Grammy está al alcance de muy pocos.
En los 90's colaboró con artistas tan diversos como Roger Waters o artistas del Rockabilly
Al inicio del nuevo milenio publica discos exitosos como ''Who Else'' o ''Jeff'', donde mezcla la electrónica con sus trucos guitarreros, que le llevan a recibir otro Grammy.
Como dato curioso, desde 1971 hasta 2003 ha sido miembro de la discográfica Epic, algo nada fácil para otros artistas, que a la mínima en pobres resultados de éxito comercial, eran despedidos, pero él fue muy longevo a pesar de sus altibajos artísticos. No hay que olvidar que pese al distanciamiento en el tiempo de sus lanzamientos discográficos, no ha parado de tocar en directo y colaborar con quien fuera, sin distinción de estilos, lo cual es digno de admiración, ya que no es de los que hacen un retiro espiritual de año y medio para componer diez canciones. Es un trabajador, un artesano de la guitarra.
No es necesario ya aclarar de quien hablo, pero mejor despejar dudas: el inquieto guitarrista es el innovador y veterano Jeff Beck, el tipo con los dedos más caros del mundo hasta donde yo sé.
Unas zanahorias mal cortadas por no estar en lo que hay que estar casi le hacen perder el dedo índice, lo cual le llevó a pensar que de haberlo perdido, se hubiera arruinado, por lo que se aseguró las manos a 750 mil pavos cada dedito.
Este verano de 2016 se nos presenta el amigo Jeff con nuevo disco bajo el brazo:
''Loud Hailer''
11 canciones cuyo denominador común en las letras es el inconformismo, la preocupación por la sociedad, los falsos valores que se les inculcan a los más jóvenes, las pocas expectativas de futuro, el repeto hacia los demás, etc.
El disco dá inicio con ''the revolution will be televised'' título explícito y muestra clara de por dónde va la visión globalizada del genio del trémolo junto con una voz distorsionada pero de fácil escucha, la idea es tratar las voces como si estas salieran de un megáfono. De ahí el título del disco; loud hailer era como se le llamaba coloqualmente al megáfono.
Le sigue ''live in the dark'' un blues en formato monotónico acompañado de una base rítmica electrónica muy bien hecha y contiene unas líneas melódicas de voz (y dobladas por debajo con la guitarra) en las estrofas que son un compendio de lo que debería aprenderse cualquiera que quisiera cantar como esas voces negras que tanto me gustan:
El sólo de guitarra es buen ejemplo del nivel que atesora todavía Jeff, demostrando para suerte suya y de todos nosotros que sigue siendo un maestro con su forma de expresarse con la guitarra. Inigualable.
La intro de guitarra en ''Thugs club'' es otra muestra de lo que es la guitarra de blues-rock en manos de Jeff, un puente entre estrofas fuera de tono, sorprendente y con resolución satisfactoria. Una canción con tintes acid-blues que hubiera firmado el mismísimo Zappa.
La joya de la corona está en La Canción ''scared for the children'' y su infinita ternura. Es de esas canciones que bien valen el precio del disco al completo y con propina para el que te lo vende. Sí, esas canciones que te emocionan, la escuchas a todo volumen varias veces seguidas y te sientes un ser con suerte por poder disfrutar esos 6:10' de sentir algo parecido a estar en el cielo.
Pero eso no me impresiona.
Yo caigo de rodillas y rindo pleitesías a los solos como el que lleva ''scared for the children'', solos que son la guinda del pastel, que respiran, que no tienen prisa, que disfrutan cada golpe del metrónomo como pasos del camino. Que saben cuando parar a tomar aire y cuando llegar al momento del éxtasis. Y eso se llama gozar.
Le sigue ''right now'', con aires a lo rage against the machine con perdón, pero sin salirse de su estilo guitarrero. La voz vuelve a sonar como un megáfono y hace un buen contraste.
''shame'' se nos presenta como la típica balada, su típica concesión a lo ''comercial'' sin dejar de sonar a gloria en manos de Mr. Beck. La voz suena limpia, pura, juvenil y tiene unos coros que la arropan muy bien. Y de nuevo el solo de guitarra dejando a las claras que el buen gusto en los fraseos es firma de la casa Beck.
''Edna'' es un capricho instrumental de 1:05' que desemboca en ''ballad of the jersey wives''.
Lo que empieza como un jugueteo blusero y tras una intro de voz y ritmo, desemboca en una canción de rock duro. Imaginemos por un instante que Jeff Beck entra en las filas de Black Sabbath. Interesante mezcla. Veamos:
La canción tras esos riffs agresivos llega a una zona de relax donde toman aire para seguir la bronca. Aquí es donde se aprecia mejor la labor de su segunda guitarra. Se llama Carmen, por cierto.
Tras la ''bronca'' de la canción anterior llega ''O.I.L.'' un tema desenfadado y de corte funky/sexy, de los que te animan a mover los pies, sonreir sin motivo y terminar bailando a lo tonto.
Y llegamos al final con ''shrine'' otra pequeña joya donde nos vuelve a sorprender de nuevo este genio de la guitarra adaptándose como un camaleón a los tiempos que corren, con canciones de enfoque más actual, digna de ser música de cabecera para cualquier reportaje, para mostrar que la juventud también tiene cosas que decir y por las que luchar.
''no quiero que ningún guitarrista me pille desprevenido''
Jeff Beck.
Puedes estar tranquilo Jeff, bajo mi punto de vista estás a salvo.
Mantengo humildes mis orejas.
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